24 de diciembre de 2010

Las personas necesitan un poco de locura, de otro modo nunca se atreven a cortar la soga y liberarse. La mediocridad para algunos es normal, la locura es poder ver más allá. Cuando se colabora con un loco o se comentan sus manías, se cae en la locura. La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce. 


DIOS, LA LOCURA ES PLACER!

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